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25 de noviembre de 2012

Dino Valls: pintor médico


Dino Valls. Dies irae (2012)
Óleo sobre tabla
Políptico de 7 piezas: 74 x 100 cm.

"Las figuras de Dino Valls tienen algo de la belleza anémica de Boticelli, de los fototipos nórdicos de ascendencia celta o vikinga, rostros holandeses y gestos mediterráneos. Hay en sus cuadros mucha pasión por Dante Alighieri y por el jesuita alemán Athanasius Kircher, hay simbología de la cábala, de la alquimia y del psicoanálisis. Hay también una crítica a la ciencia más despersonalizada, la que clasifica, la que disecciona con frialdad afilada, la que describe el dolor y el sufrimiento con analítica morbosidad, la que observa el mundo desde la cómoda objetividad de la distancia."

La cita pertenece al artículo que el Profesor Fernández de la Gala dedicó al artista en la revista Panace@, cuyo texto completo se puede leer -y recomiendo hacerlo- en el siguiente enlace: "No son cuadros, son espejos. Un itinerario simbólico por las páginas de Panace@".

Dino Valls es un pintor español nacido en Zaragoza, en 1959. En 1982 se licenció en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de su ciudad natal. Desde entonces se dedica exclusivamente a la pintura. Nunca ha ejercido la medicina; sin embargo, su formación médica se pone de manifiesto constantemente en su obra: "...en sus cuadros -como se señala en la web de Anatomía Patológica, Pathos.es- está la impronta de sus estudios de Medicina, la anatomía de sus cuerpos, sus referencias implícitas y explícitas a las patologías físicas y psíquicas y su simbología en la que hay innumerables elementos de material e instrumentación médica."

En YouTube podemos encontrar numerosas referencias a Dino Valls y su obra. Entre ellas, hemos elegido este vídeo de sabhti:


Les dejo, a continuación, el enlace a la magnífica página web del pintor:


Lilo Mor, artista, en el más amplio sentido de la palabra, y enamorada de la obra de Dino Valls, como yo, ha tenido el generoso detalle -que le agradezco infinitamente- de obsequiarnos con uno de sus libros sobre el pintor zaragozano, que podemos ver en el enlace que adjunto a continuación. No dejen de pasar sus páginas, por favor, se entusiasmarán con lo que van a encontrar:



*Actualizado el 1 de diciembre de 2012.


4 de noviembre de 2012

¡Y tenía corazón!


Enrique Simonet (1866-1927). "Anatomía del corazón" (1887),
también conocida como "La autopsia" o, popularmente, "¡Y tenía corazón!"
Óleo sobre lienzo. 177 x 291 cm.
Propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo de Bellas Artes de Málaga

(Se puede ampliar la imagen pulsando sobre ella)


En estos días de noviembre resulta inevitable pensar en la muerte. Y creo que conviene hacerlo... Pensando en ella me vino a la memoria este cuadro que Enrique Simonet pintó en 1887. Es una obra sublime, técnicamente perfecta y cargada de emotividad. Pero, también, da pie a la reflexión...

"Memento mori" le repetían continuamente al oído a los generales romanos victoriosos mientras desfilaban celebrando su "Triunfo". Nadie se lo dijo, seguramente, a la joven -una prostituta ¿quizás?- que yace sobre la fría losa de mármol. Su evidente belleza desaparecerá. Su vida ya es pasado. Y el viejo médico, contemplando el órgano que tiene es su mano, se queda absorto, pensando... "¡Y tenía corazón!".


Para más información sobre la vida y la obra de Enrique Simonet Lombardo, véase el extracto de la revista Jábega, publicado por el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (CEDMA). Y, sobre el cuadro, el comentario que le dedica el Portal de Museos de Andalucía.


14 de septiembre de 2012

La mano de Goltzius


Hendrick Goltzius (1558-1617). "Mano derecha del autor" (1588)
Dibujo a pluma y tinta marrón. 23 x 32,2 cm.
Teylers Museum. Haarlem

Cuando era niño, Hendrick Goltz (luego latinizaría su apellido como Goltzius) sufrió una grave quemadura en su mano derecha que le causó secuelas permanentes. La mano quedó deforme e incapacitada para realizar sus funciones con normalidad. Sin embargo, a pesar de su minusvalía Goltzius llegaría a ser uno de los grabadores y pintores más importantes de su época.

Según su amigo, el pintor, historiador del arte y poeta, Karel van Mander (1548-1606), Goltzius dibujaba y pintaba con la mano izquierda; pero grababa con la derecha, y había aprendido a sujetar el buril con más firmeza que otros, desarrollando la musculatura de todo el miembro superior derecho.

Goltzius nunca dejó de prestar una atención especial a su mano lesionada, y la representó en numerosas ocasiones, como en los cuatro estudios que podemos ver a continuación:


Hendrick Goltzius (1558-1617). "Cuatro estudios de su mano derecha" (c.1588/1589)
Städelsches Kuntsinstitut. Frankfurt

Pero, ciertamente, sus limitaciones orgánicas y funcionales no impidieron que, por la belleza y perfección de sus obras, se convirtiera en uno de los más renombrados grabadores y pintores del norte de Europa, entre finales del siglo XVI y principios del XVII. Su habilidad para el dibujo queda patente en este autorretrato realizado cuando contaba treinta y cinco o treinta y seis años de edad.


Hendrick Goltzius (1558-1617). Autorretrato (1593/94)
Dibujo coloreado con carboncillo, tizas y acuarelas
Albertina. Viena

*La primera versión de esta entrada se publicó en Medicina, Historia y Arte el 20 de agosto de 2012.

7 de julio de 2012

Ilustración anatómica de una mujer embarazada (Siglo XVIII)



¿Cómo calificaríamos esta ilustración anatómica de una mujer embarazada, del francés Jacques Fabien Gautier d'Agoty (1716-1785)?

Realmente, merece la pena detenerse un rato a admirar la obra de este ilustre antecesor de Sobotta y Netter.

*La versión original de esta entrada se publicó en el blog Medicina, Historia y Arte el 24 de junio de 2012.

16 de abril de 2012

Edward Jenner realizando la primera vacunación contra la viruela, según Gaston Mélingue


Gaston Mélingue (1840-1914). Jenner inoculant la vaccine (1879)
Óleo sobre lienzo
Académie Nationale de Médecine. Paris.


El pintor francés Gaston Mélingue nos ofrece una imagen de como pudo ser la primera vacunación contra la viruela, en 1796, que me parece más cercana a la realidad que la de Hillemacher, que veíamos en la entrada anterior.

Aquí el niño James Phipps -que sí aparenta tener 8 años- no parece demasiado conforme con lo que le están haciendo, como tiene que ser. La vaquera Sarah Nelmes se dedica a vendar cuidadosamente su mano derecha, de la que acaban de extraerle pus. Un ayudante sujeta al niño, para que Jenner pueda inocularle ese pus en el brazo. Los demás contemplan la escena curiosos y sorprendidos. Falta la vaca...

El cuadro se encuentra -según mis datos- en París, en la Academia Nacional de Medicina, pero no lo puedo asegurar.

Enlaces de interés:


13 de abril de 2012

Edward Jenner vacunando a un niño contra la viruela


Eugène Ernest Hillemacher (1818-1887). Edward Jenner vacunando a un niño (1884)
Óleo sobre lienzo.
Imagen tomada de Wellcome Images



Hasta su erradicación, certificada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud el 9 de diciembre de 1979, la viruela había matado -o, al menos, desfigurado- a millones y millones de personas de todo el mundo a lo largo de la historia de la humanidad.

Los orígenes de la viruela son desconocidos. Se han encontrado evidencias de su existencia en cuerpos momificados egipcios que datan de hace unos tres mil años. También hay constancia de su presencia en China más de mil años antes de Cristo. Pero no se sabe como llegó a Europa. En los escritos hipocráticos, por ejemplo, no se encuentra recogida. Sí hay certeza, en cambio, de que en la Edad Media, con motivo de las cruzadas, ya se había convertido en un terrible problema de salud en el viejo continente. En la era de los descubrimientos, los europeos propagaron la enfermedad, y con la llegada de los españoles a América la viruela se extendió rápidamente entre los aztecas y los incas, diezmando a la población, lo que sin duda ayudó a la conquista. Ya en el siglo XVIII, la viruela era una pandemia y la principal causa de mortalidad de la época. Sólo en Europa, cada año morían unas cuatrocientas mil personas.(1)

A finales del siglo XVIII, un médico rural inglés llamado Edward Jenner observó que quienes se dedicaban a ordeñar las vacas -algunas de las cuales presentaban en las ubres unas lesiones parecidas a las de la viruela- se contagiaban y les aparecían lesiones similares en las manos, que curaban sin mayores problemas. Entonces decidió realizar un experimento que hoy sería impensable e imposible. El 14 de mayo de 1796 Jenner tomó pus de una pústula que tenía en la mano la vaquera Sarah Nelmes y la inoculó en el brazo del niño de ocho años James Phipps. Dos meses después, el 12 de julio, lo que le inoculó Jenner al mismo niño fue auténtica viruela humana: pero el pequeño James no sufrió la enfermedad, demostrando así los efectos protectores de la vacuna (nombre que tiene su origen, lógicamente, en el importante que desempeñaron las vacas en este descubrimiento).

Ochenta y ocho años más tarde, en 1884, el pintor francés Eugène Ernest Hillemacher (1818-1887) representó en el cuadro que ahora vemos el momento en que el médico inocula el pus al niño James Phipps (a quien nos muestra bastante más pequeño de como era en realidad) tomada directamente de la mano de la vaquera Sarah Nelmes (que es la joven que sostiene al niño en sus brazos). En el fondo del cuadro, a la izquierda (aunque se ve con dificultad en esta imagen), aparece también una vaca: para que nada falte.

BIBLIOGRAFÍA
(1) ROSAS, María Cristina (2009): "30 años de erradicación de la viruela". Etcétera. [Disponible en: http://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=2493; consultado el 11 de abril de 2012].

11 de marzo de 2012

El nuevo blog del doctor Jorge Mauricio Barajas Pérez: "El arte en la medicina"


Frida Khalo (1907-1954). La columna rota (1944)
Óleo sobre lienzo montado sobre masonite. 43 x 33 cm.
Colección Dolores Olmedo Patiño, Ciudad de México
(Datos tomados del blog del doctor Barajas)


Quienes nos dedicamos -por pasión, no por otra cosa- a estudiar las relaciones entre la Medicina y las Humanidades estamos de enhorabuena. Ha nacido un nuevo blog: El arte en la medicina. Su autor es el doctor Jorge Mauricio Barajas Pérez, médico-cirujano y partero de la tierra de Juan Rulfo (como a él le gusta decir). La primera entrada de nuestro amigo mexicano no podía tener título más sugestivo: "Los médicos en la pintura de Frida Kahlo". Se puede acceder a ella, directamente, pulsando sobre su título o sobre el nombre del blog que repito a continuación:


¡Bienvenido sea el blog recién nacido! Y la más cordial felicitación para el ilustre partero que lo ha traído a este mundo nuestro en Internet.

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