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30 de octubre de 2010

La "incapacidad laboral" de Vivaldi



obra de François Morellon de la Cave (1723).
Aunque discutido por muchos, se ha considerado que representa a Vivaldi.
Museo Internacional y Biblioteca de la Música (Bolonia).


Antonio Lucio Vivaldi (Venecia, 4 de marzo de 1678 - Viena, 28 de julio de 1741) era conocido como "il prete rosso" ("el cura rojo") y no por su ideología política, lógicamente, sino porque era sacerdote católico y pelirrojo. Lo del color de su pelo era una característica genética familiar. En cuanto a lo de su carrera eclesiástica, se sabe que fue ordenado sacerdote en 1703 y continuó siéndolo hasta su muerte, aunque sólo un año después de ordenarse fue dispensado de celebrar misa (se le concedió una incapacidad permanente total, si se me permite decirlo así) a consecuencia de una enfermedad pulmonar, posiblemente asma.

No sé como le calificaría el Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI) en la actualidad; pero lo cierto es que su enfermedad no le impidió viajar ni, sobre todo, componer su inmensa obra musical (cerca de ochocientas composiciones, entre las cuales se cuentan 477 conciertos y 46 óperas).

Doy las gracias, una vez más, a mi querido amigo, el Dr. Carlos Márquez Espinós, que a sus muchos méritos en los campos de la Anestesia y Reanimación, el Tratamiento del Dolor y muy especialmente -en lo que a mí respecta- en la Historia de la Medicina, une el de "melómano empedernido", y tuvo la amabilidad de darme a conocer este delicioso... 




Esta entrada se publicó originalmente en "Tiempo para la Memoria", el 14 de enero de 2010.

27 de octubre de 2010

Mesmer y Mozart


Pacientes recibiendo tratamiento en París mediante el "magnetismo animal"
de Mesmer. Autor desconocido. Aguafuerte en color (c. 1785)
Wellcome Images. Cortesía de la Wellcome Library, Londres

La historia de las relaciones entre médicos y artistas contiene páginas que se pueden calificar, como mínimo, de curiosas. Ese es el caso de la relación que existió entre uno de los médicos más famosos y controvertidos del siglo XVIII, Franz (o Friedrich) Anton Mesmer (1734-1815), el creador de la teoría del "magnetismo animal", y uno de los más grandes genios de la música de todos los tiempos, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Mozart conoció a Mesmer cuando todavía era un niño, pero un niño de 12 años capaz de componer una ópera. Veintidos años después. en 1790, el nombre y la terapéutica de Mesmer aparecerían en otra de sus obras más conocidas, la opera buffa Cosi fan tutte.

Franz Anton Mesmer (1734-1815)
Autor desconocido. Óleo sobre lienzo 51 x 41 cm.
Wellcome Images. Cortesía de Wellcome Library, Londres


Mesmer nació en la aldea de Iznang (Suabia) en la actual Alemania. Estudió Medicina en Viena. En 1766 hizo pública una disertación con el título De planetarum influxu in corpus humanum, en la que trataba sobre la influencia de la luna y los planetas en el cuerpo humano y en sus enfermedades. Sin embargo, lo que le haría famoso sería la doctrina del "magnetismo animal", con su correspondiente método terapéutico. En la página de historia de la medicina de iqb se explica así:
"...a raíz del conocimiento que tuvo Mesmer de la curación de una paciente [...] gracias a un imán, elaboró la teoría del 'magnetismo animal'. [Él] creía en la existencia de un fluido magnético que podía ser traspasado de una persona a otra mediante la imposición de manos o friegas. Al principio utilizaba un imán, pero posteriormente empleó las manos y a veces ni siquiera tocaba a los pacientes, mujeres por regla general. Dicha imposición o pases provocaban en los pacientes crisis de histeria con convulsiones, espasmos [y] temblores, seguidos de una remisión total o parcial de los síntomas.
Inicialmente, su labor fue objeto de reconocimiento por sus colegas, adquiriendo Mesmer una gran fama y siendo incluso llamado a Munich por el Elector de Baviera [...] El Consejero de la Academia de Ausburgo [sic] escribe que '...lo que ha conseguido aquí con diversas enfermedades hace suponer que le ha arrebatado a la naturaleza uno de sus más misteriosos secretos...'. Posteriormente, sus éxitos y sus procedimientos un tanto teatrales comienzan a granjearle las envidias y odios de sus colegas. El caso de [...] María Teresa de Paradies [sic], es la gota que colma el vaso. Esta joven ciega tratada en vano por los más prestigiosos médicos vieneses, recupera con Mesmer parcialmente la vista. Sus despechados colegas acusan a Mesmer de superchería y de utilizar [a] la joven, a la que acusan de ser [su] amante. La situación empeora hasta tal punto que Mesmer abandona Viena y marcha a París en febrero de [1777]."


En París el éxito fue inmediato. A su consulta acudía una numerosa clientela, incluyendo muchas damas de la más alta aristocracia francesa, y con ellas -al parecer- la mismísima reina María Antonieta. Eran tantos los pacientes que Mesmer comenzó a realizar lo que podríamos llamar "terapia de grupo". En YouTube, podemos ver imágenes de esas sesiones tomadas de la película "Mesmer" (1994), dirigida por Roger Spottiswode, con Alan Rickman en el papel protagonista (quien -por cierto- ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Montreal, por su interpretación). La sesión de "magnetismo animal" empieza en el minuto 6:14 del primer videoclip (les sugiero que adelanten el cursor) y continúa en el segundo.




No es de extrañar, visto lo visto, que -aún en la liberal Corte de Luis XVI- muchos considerasen aquellas reuniones como "una ofensa a la moral pública", entre ellos el propio Rey (no olvidemos que su esposa, según se dice, era una de las mujeres que partipaban en ellas) y que se nombrara una Comisión Real para estudiar el "mesmerismo" (como luego se conocería lo que su creador llamó "magnetismo animal") en la que participaron, entre otros, el médico Guillotin, los químicos Lavoisier y d'Arcet, el político y académico Bailly, y el célebre embajador de los Estados Unidos de América y científico interesado en los temas más diversos, Benjamin Franklin. La Comisión, como ya se comentó en otro blog, "Tiempo para la Memoria", dictaminó que no había evidencia de la existencia de un "fluido magnético" -como sostenía Mesmer- sino que las posibles curaciones, si es que las había, se deberían a lo que hoy conocemos como "sugestión". Mesmer abandonó París y, tras un breve paso por Viena, vivió el resto de su vida -de forma tranquila- en su casa del lago de Constanza.


Pero, si la obra médica de Mesmer puede ser discutida, de lo que no cabe duda es de su exquisito gusto musical. Él mismo, músico aficionado, interpretaba y componía para la armónica de cristal que empleaba en sus sesiones terapéuticas. Sin embargo, lo más destacado de su relación con la música es su labor como mecenas de Mozart.

Mozart a los 6 años de edad
Mesmer lo conocería algún tiempo después, a los 12 años
Fotografía de A. Lenisch, de una pintura de autor desconocido
Wellcome Images. Cortesía de la Wellcome Library, Londres

Recién terminada la carrera de Medicina, Mesmer se casó con una viuda rica y se estableció en Viena. Vivía en una espléndida situación, gracias a su esposa, y se dedicó a patrocinar las artes. Mozart pasó casi un tercio de su corta vida viajando. En 1768 estaba en Viena y estrenó su singspiel Bastien und Bastienne en casa de Mesmer.


Veintidos años después, uno antes de su muerte, en 1790, al final del primer acto de su ópera bufa Cossi fan tutte ossia la scuola degli amanti, aparece una clarísima alusión a Mesmer y su particular terapéutica. El argumento completo de la ópera se puede leer con mayor o menor detalle en BlogClásico, el artículo de Silvia Alonso en Mundoclásico.com o la misma Wikipedia. Pero la escena a la que nos referimos se desarrolla en casa de las hermanas Fiordiligi y Dorabella, adonde han acudido disfrazados sus prometidos, los oficiales Ferrando y Guglielmo, para probar y comprobar la fidelidad de sus respectivas novias, y se supone que han muerto por haber ingerido un veneno. Aparecen don Alfonso, auténtico responsable de toda la trama, por ganar una apuesta que ha hecho con los oficiales, y la criada Despina (magníficamente interpretada, en esta ocasión, por la soprano Teresa Stratas) dispuesta a todo, también por dinero, que se hace pasar por un esperpéntico "Doctor en Medicina": Ecovi il medico! 

*Actualizado el 11 de enero de 2013

18 de octubre de 2010

San Lucas, médico

Juan de Sevilla [?] (fl. 1401-1435), "San Lucas". Museo del Prado, Madrid.

El 18 de octubre se celebra en España y otros países -como bien ha señalado el profesor Tuoto, en una reciente entrada a su blog, "HISTÓRIA DA MEDICINA"- la festividad de San Lucas, patrón de los médicos y de las facultades de medicina.


Lucas, al que San Pablo -su principal maestro en la fe de Cristo- en su Epístola a los Colosenses llamó "el médico amado" (1Col. 4, 14), era de origen griego, natural de Antioquía (en la actual Turquía) que en aquel tiempo formaba parte del Imperio Romano. Su formación médica helenística queda patente -según la mayoría de los historiadores- en sus escritos conocidos, el tercer Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. Se dice que también fue pintor, y que llegó a pintar a la Virgen María. Por eso, en la iconografía de San Lucas, no es raro verle representado, además de con sus atributos como evangelista (fundamentalmente el toro), como pintor de la Virgen. Médico, escritor, historiador y pintor, se le puede considerar, por tanto, como uno de los primeros médicos humanistas de los que tenemos noticia.


Sin embargo -como han hecho notar el profesor Bureo Dacal y la profesora López Campuzano- "la representación iconográfica de San Lucas como profesional de la medicina es muy escasa." Por eso, nos parece de gran interés la obra que encabeza esta entrada. Se trata de un temple sobre tabla, de 161 x 155 centímetros, perteneciente al Museo del Prado, que -aunque no con certeza absoluta- se atribuye a Juan de Sevilla. La valoración artística de esta tabla goticista que se asoma al incipiente Renacimiento me gustaría que la hicieran los expertos que visitan este blog. Pero, desde el punto de vista médico, no debo dejar de llamar la atención sobre el acto que representa. No es un milagro. San Lucas, el médico, ayudándose con el instrumental quirúrgico que aparece sobre la mesa de trabajo, atiende a los pacientes en su consulta, y está curando a uno de ellos con esmero -más aún- con amor. Porque, como decía el profesor Laín Entralgo, el acto médico "...es un acto de amor".(1)


En 1958, la escritora anglo-americana Taylor Caldwell, publicó la novela Dear and Glorious Physician, sobre San Lucas, que se titularía en español: Médico de Cuerpos y Almas. Son más de setecientas páginas, pero merecen leerse.


Buscando información para otra entrada me he encontrado -después de haber publicado ésta- con el magnífico blog "A Arte da Medicina", de Renata Calheiros Viana. Dejo aquí el enlace a su estupendo "post" sobre San Lucas.


Notas:
(1) LAÍN ENTRALGO, Pedro (1964): La relación médico-enfermo. Historia y teoría. Madrid, Revista de Occidente. p. 25.


Actualizado el 20 de septiembre de 2010, a las 2:53 horas.

16 de octubre de 2010

Hipócrates, el "Padre de la Medicina"


Hipócrates de Cos (siglos V-IV a.C.)


Nada más adecuado -en mi opinión- para iniciar un blog dedicado a las relaciones de la Medicina con las Bellas Artes, que esta conocida representación de Hipócrates de Cos, considerado el "Padre de la Medicina". Se trata de un grabado realizado por Pedro Pablo Rubens, hacia 1635, tomando como modelo un busto romano del siglo II d.C.


Pocas palabras mías habrá en este blog. Dejaré que sean otros los que hablen, insertando aquellos enlaces que me parezcan más interesantes y procurando reproducir imágenes de la mayor calidad posible.


  • Enlaces de esta entrada:
JARAMILLO ANTILLÓN, Juan (2009): "Conversaciones con Hipócrates de Cos, Padre de la Medicina". En: Revista Médica de la Universidad de Costa Rica [On line]. 3,1:1-9 [Consultado el 15 de octubre de 2010]. [pdf].
Images from the History of Medicine.
Wikipedia.
Biografías y Vidas.

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