Páginas

17 de junio de 2011

Premio Sunshine Award



Pedro de Mingo, autor del blog "ESPAÑA ETERNA", uno de los mejores blogs sobre historia que se pueden encontrar, ha tenido la gentileza de concederle a "Medicina y Arte" el sonriente Premio Sunshine Award. Creo que el Premio se debe más a la generosidad de mi admirado Pedro que a los méritos reales de este blog, todavía demasiado joven. Pero, aún así, lo acepto agradecido y me uno a esta interesante iniciativa cuya finalidad principal -en mi opinión- es la de facilitar la difusión de aquellos blogs que procuran mantener un elevado nivel de calidad entre quienes compartimos la pasión por este inabarcable mundo virtual que llamamos "blogosfera".

Fiel cumplidor, como soy, de las normas -mientras no sea necesario rebelarse contra ellas- sigo los requisitos consecuentes a la concesión de este Premio: le dedico esta entrada; inserto su imagen en la barra lateral con un link permanente al blog que lo concedió, como muestra de agradecimiento y aprecio; y otorgo el Premio a otros doce blogs.

Entre esos doce blogs a los que tengo el honor de conceder el premio, los hay que tratan sobre medicina, música, arte... sobre emociones y sentimientos. Los hay de España y de los hermanos países iberoamericanos. Hubiera querido otorgarle el Premio también a otros, algunos lo tienen ya... Lamento no haber incluido en la siguiente lista a más de uno que merecen todos los premios. Por supuesto, no están todos los que son pero son todos los que están:



¡Enhorabuena a todos!  Y muchas gracias Pedro.

9 de junio de 2011

La Natividad de la Virgen María


Icono de la Natividad de María
Basílica de Santa Ana. Jerusalén

Acabo de volver -prácticamente- de un viaje a Tierra Santa. Ha sido una experiencia intensa, que me ha enriquecido de un modo inesperado, acompañado de un entrañable grupo de personas y dirigido por un hombre -un sacerdote- excepcional. Allí, en los lugares donde transcurrió su vida, la figura de Jesús adquiere una trascendencia especial. No es mi intención relatar la historia del viaje. Poco a poco, durante los próximos meses, en Tiempo para la memoria, mi otro blog, intentaré exponer algunas de las emociones y las reflexiones que esta peregrinación me ha provocado, me provoca y, seguramente, me seguirá provocando.

Pero, ahora, quiero compartir este precioso icono sobre la Natividad, no de Jesús sino de su Madre. Desconozco su autor, su fecha, sus medidas o sus características técnicas. Sólo puedo decir que se encuentra en la iglesia de Santa Ana, en Jerusalén, y que me encantó en cuanto lo vi. Existen cuadros magníficos de conocidos artistas que muestran la Natividad de María, como los de Giotto, Ghirlandaio o Murillo. Ninguno con la sencilla hermosura del icono de Jerusalén.

El icono muestra a Santa Ana, madre de la Virgen María y patrona de las mujeres embarazadas, medio incorporada en la cama después del parto, y a la Niña María envuelta en pañales al modo tradicional en muchos países de la Europa del Este y el Próximo Oriente. Madre e Hija son atendidas por tres mujeres. Una de ellas, seguramente la que había ejercido las labores de comadrona, sostiene a la Niña en sus brazos y se dispone, con la ayuda de otra de sus compañeras, a llevar a cabo el baño ritual (si no lo ha hecho ya) para lo que tienen preparado todo lo necesario. La tercera mujer ofrece a la recién parida un frasco, con la intención -quizás- de que tome un reconstituyente para aliviar el sufrimiento del parto. En la parte derecha del cuadro vemos a un anciano San Joaquín, atento a lo que ocurre a su alrededor. Y a la izquierda, arriba, la presencia de un ángel testimonia la sagrada importancia del hecho que allí está ocurriendo... Tanto la Niña María como sus padres muestran el nimbo que corresponde a su santidad. 


El Nuevo Testamento no nos ofrece datos sobre el nacimiento de María. Los podemos encontrar en algunos de los apócrifos, especialmente en el llamado Protoevangelio de Santiago (del siglo II) y en diversas tradiciones. Algunas de éstas, considerando a María descendiente del Rey David, sitúan su nacimiento en Belén. Otra teoría, seguida fundamentalmente por griegos y armenios, señala Nazaret como cuna de María. Sin embargo, ya en el siglo V existía en Jerusalén un santuario bizantino, sobre el que se construyó la hermosa iglesia románica de los cruzados que todavía existe, la Basílica de Santa Ana, en cuyo interior encontramos unas criptas excavadas en la roca que parecen haber formado parte de una vivienda, la que podría haber sido la casa natal de la Virgen. Allí mismo empezó a celebrarse la fiesta de la Natividad, que en seguida se extendió por todo el Oriente Cristiano, y poco después por Occidente. Y allí se fijó la fecha del 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino (justo nueve meses después del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción) para su celebración.


Es famosa la homilía pronunciada por San Juan Damasceno (675-749) un 8 de septiembre en la Basílica de Santa Ana, que empieza así:


"¡Ea, pueblos todos, hombres de cualquier raza y lugar, de cualquier época y condición, celebremos con alegría la fiesta natalicia del gozo de todo el Universo. Tenemos razones muy válidas para honrar el nacimiento de la Madre de Dios, por medio de la cual todo el género humano ha sido restaurado y la tristeza de la primera madre, Eva, se ha transformado en gozo. Ésta escuchó la sentencia divina: parirás con dolor. A María, por el contrario, se le dijo: Alégrate, llena de gracia!"


Tiempo después, en el "Siglo de Oro", aquí en España, Lope de Vega (1562-1635) escribiría los versos que copio a continuación:


Poesía a la Natividad de María

"Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.

Digan, Señora, de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.

Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también,
el corazón y las manos.

Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén."


Enlaces de interés:


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...