Ramón Casas i Carbó (1886-1932) Cartel (1900). 80 x 34,3 cm. Museu Nacional d'Art de Catalunya, Barcelona (España) |
Este cartel, impreso por J. Thomas, en Barcelona, en el año 1900, fue realizado por el pintor catalán Ramón Casas i Carbó por encargo del Sanatorio para sifilíticos del doctor Abreu, sito en el número 74 de la calle Mayor de la Bonanova, de esa misma ciudad. Una clínica dedicada al tratamiento de la sífilis, en una época en que todavía no se conocía la arsfenamina (un compuesto de arsénico), el medicamento descubierto por Paul Ehrlich, que vino a revolucionar el tratamiento de la enfermedad desde que fue comercializado, en 1910, con el nombre de Salvarsán(1) y cuyo centenario(2) se ha celebrado este año.
Casas (uno de los precursores del cartelismo artístico en Cataluña), como dicen Vigué y Ricketts, "...resolvió el encargo con singular maestría, sirviéndose de elementos tan expresivos como sutiles."(3) Y añaden:
"El cartel está dividido en tres partes. Consta de un título en la zona superior, una imagen de una mujer en el centro y una leyenda en la zona inferior, donde se ofrecen los datos de la clínica que se publicita ('curación absoluta y radical en el Sanatorio para sifilíticos...').
La S de sífilis [todas las "s", en realidad, que aparecen en el cartel] recuerda la forma de una serpiente. Ello alude a la peligrosidad de la enfermedad, que acecha venenosa desde los rincones más oscuros. No hay que olvidar que en aquella época [en Barcelona] se transmitía sobre todo por el contacto con las prostitutas que trabajaban cerca del puerto. En el centro aparece una mujer con mantón de Manila, similar a las atractivas 'chulas' de los carteles de la época, como la del Anís del Mono (realizado por el mismo Casas). Sin embargo, se diferencia de ellas en que no aparece tan hermosa, sino pálida y desmejorada, con la maraña de pelo despeinado y la delgadez anémica apenas cubierta. Es un fiel retrato de la enfermedad, que consume a quien la sufre. Sostiene en su mano un lirio blanco, que simboliza la esperanza de la curación. El árido panorama de esta mujer enferma, verdadera personificación de la enfermedad, se completa con un fondo neutro de color anaranjado que potencia la sensación de palidez demacrada y debilidad de la protagonista."(4)
En el siguiente vídeo, del Canal Historia, se ofrecen más datos sobre Ehrlich y el Salvarsán, al que también se llamaba la "bala mágica", para el tratamiento de la sífilis:
NOTAS
(1) Sobre el Salvarsán, también conocido como "606" por el número que Ehrlich le había asignado en sus investigaciones, recomiendo leer las diversas entradas que ha publicado el Profesor Fresquet en su blog "Medicina, Historia y Sociedad".
(2) CORNEJO ALEMÁN, Luis Manuel (2010): "La sífilis y el centenario del Salvarsán". Panamá América. [Disponible en: http://www.pa-digital.com.pa/periodico/edicion-anterior/opinion-interna.php?story_id=956323. Consultado el 28 de diciembre de 2010].
(3) VIGUÉ, Jordi y RICKETTS, Melisa (2008): La Medicina en la Pintura. El Arte Médico. Barcelona, Ars Medica: 205.
(4) Ibidem.
(1) Sobre el Salvarsán, también conocido como "606" por el número que Ehrlich le había asignado en sus investigaciones, recomiendo leer las diversas entradas que ha publicado el Profesor Fresquet en su blog "Medicina, Historia y Sociedad".
(2) CORNEJO ALEMÁN, Luis Manuel (2010): "La sífilis y el centenario del Salvarsán". Panamá América. [Disponible en: http://www.pa-digital.com.pa/periodico/edicion-anterior/opinion-interna.php?story_id=956323. Consultado el 28 de diciembre de 2010].
(3) VIGUÉ, Jordi y RICKETTS, Melisa (2008): La Medicina en la Pintura. El Arte Médico. Barcelona, Ars Medica: 205.
(4) Ibidem.
Paradójico que la señora sifilítica sostenga en su manos el lirio, que es símbolo de la pureza. Seguramente, la pureza sea el mejor remedio contra la sífilis ;-)
ResponderEliminarEl historiador del arte y médico del que he tomado la referencia dice que ese lirio "simboliza la esperanza de la curación". Sin embargo, en la bibliografía que he consultado al respecto, mayoritariamente, se dice -como bien señalas, Ars- que "es símbolo de pureza". Habría que saber el significado que le daba el propio Casas...
ResponderEliminarDesde Fracastoro, a principios del siglo XVI, se sabía la causa del contagio de la sífilis y poco se podía hacer, ya que parece imposible ir contra la naturaleza del hombre, para curar a los incontables afectados hasta el descubrimiento de Ehrlich... Y, según el vídeo, ¡buena fue la que se armó!
Yo soy de los que prefieren prevenir que curar.
Gracias por tu comentario, Ars, un abrazo y, aunque no sea fácil: ¡Feliz 2011!
Me gusta mucho el cartel y la serpiente. Me ha recordado a la entrada que hice de Eva y la serpiente. La serpiente puede tener muchos significados, representa lo malo, la tentación, el veneno. La composición de los colores es muy buena. El vídeo muy claro también.
ResponderEliminarEn un puñado de años ha cambiado mucho la medicina, gracias a Dios. Sería terrible someterse a las antiguas curas que describe el vídeo. De todos modos deseo que evolucione mucho más. Considero que todavía es muy invasiva, a mi me da mucho miedo cuando alguna vez me han tenido que hacer algo. Así que espero que avance mucho más.
Un beso
Esperaba tu opinión sobre el cartel, Ana. También yo me acordaba de tu entrada sobre Eva y la serpiente cuando redactaba la entrada.
ResponderEliminarY sí, la medicina ha evolucionado mucho... Aún cambiará más... Pero yo te deseo, a ti y los tuyos, que no veas médicos nada más que en los blogs o de fiesta por ahí...
Un beso.
Gracias desde MI SIGLO.
ResponderEliminar¡Muy feliz 2011 para tí y para este blog!
Un afectuoso saludo
Querido José Julio:
ResponderEliminarAgradezco mucho tu cariñosa felicitación. También yo deseo para ti y MI SIGLO todo lo mejor en este nuevo año y en la década que empieza.
Un abrazo.
Ofrece en un gesto dócil, generoso y amable el lirio blanco, con una semisonrisa de virgen dolorosa, y a la espalda esconde la serpiente negra entre los pliegues del mantón de Manila.
ResponderEliminarMe recuerda en parte al espíritu de los cuadrosde Lautrec. Los carteles de Casas tienen una elegancia especial, con ese estilo modernista tan bonito. Y el mensaje transmitido está dotado de la ingenuidad del ser humano con sus creencias ante la lucha enfermedad/curación.
Por suerte, cada vez es más común la idea de que debemos dudar de todo lo que no se mantiene firme a lo largo del tiempo. Pero ese vehemente mensaje de "curación absoluta y radical" de algo tan tremendo como la sífilis, en letras de molde, me hace sonreír y cuestionarme a mí misma.
Admiro a los publicistas españoles, xrisstinah. Los actuales son magníficos, y los anteriores también. Lo cual no quiere decir que haya que creerse todo lo que dicen... "curación absoluta y radical" (nada menos), cuando todavía faltaban diez años para que se comercializara el primer medicamento realmente efectivo contra la sífilis: el "606". Entonces, como ahora, vendían ilusión...
ResponderEliminarRespecto al cartel de Casas, como toda su obra (al menos la que he podido conocer preparando esta entrada): impecable. Coincido contigo en que tiene "una elegancia especial".
Muchas gracias por tu comentario, que me ha encantado, y feliz 2011.
Acho importante a relação entre publicidade médica e história da medicina, acredito que seja uma deas melhores formas de analisarmos o contexto da época. Gostei muito do vídeo.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo, Raquel. Yo también creo que el estudio de la publicidad médica es una de las mejores fuentes para el estudio de la historia de la medicina contemporánea.
ResponderEliminarGracias por tus amables palabras, que siempre son un estímulo para mí.
"Beijos!"
Visité su blog, estimado Anónimo.
ResponderEliminarInteresante.
Un saludo.