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5 de julio de 2011

Hipócrates rechazando los regalos de Artajerjes, en un cuadro de Girodet-Trioson


Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson (1767-1824).
Hippocrate refusant les presents d'Artaxerxés (1792).
Óleo sobre lienzo. 99 x 135 cm.
Museé d'Histoire de la Médecine[?]París.

"En la vida de Hipócrates -apunta el Profesor Reverte Coma- como suele suceder en la de muchos grandes hombres que la humanidad ha producido, se mezclan la realidad y la leyenda".(1) Una de esas leyendas la pintó el francés Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson en 1792. En el cuadro, acompañado por algunos de sus discípulos, un Hipócrates de apariencia austera y gesto digno rechaza, sin mirarlos siquiera, los valiosos presentes que le ofrece la embajada persa enviada por el rey Artajerjes II Mnemón. Los persas le pedían que fuera con ellos "...para curar a sus tropas, diezmadas por una epidemia".(2) El "Padre de la Medicina" se negó, aduciendo, según Reverte Coma, "...que el honor le impedía atender su petición". Mucho se ha criticado esta supuesta negativa hipocrática a atender a los enfermos enemigos. Una negativa que nos debe hacer reflexionar -como señala Cáceres Chacón- "...sobre las obligaciones actuales del médico en el ámbito de la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO" y de la deontología médica, en general.


No habría sido esa, sin embargo, la única ocasión en que Hipócrates negara la asistencia médica al enemigo. El ya citado profesor Reverte Coma, añade:


"Cuentan también Varrón, Galeno y Plinio que durante las guerras del Peloponeso, los reyes de Iliria pidieron a Hipócrates que fuese a curar una terrible epidemia de peste que se había declarado entre ellos. Se ha criticado a Hipócrates que se negase a ir allá, pero al parecer Hipócrates comprendió que la peste no tardaría en llegar a Atenas basándose en la dirección del viento, como así fue, y consideró que allí serían más necesarios sus servicios. Las grandes hogueras que mandó encender en toda la ciudad aplacaron la peste y quienes estuvieron cerca de ellas se vieron libres de la enfermedad."


Si cuanto se ha dicho aquí fuera cierto: ¿Hizo bien o hizo mal, el médico Hipócrates, negándose a prestar asistencia al enemigo? La pregunta queda abierta para la discusión.


BIBLIOGRAFÍA
(1) REVERTE COMA, J. M. (s.f.): "Asclepieion de Cos. La tumba de Hipócrates". [Disponible en: http://www.museorevertecoma.org/v2/index.php?option=com_content&view=article&id=22:asclepieion-de-cos-la-tumba-de-hipocrates&catid=1:antropologia&Itemid=2; consultado el 2 de julio de 2011].
(2) CÁCERES CHACÓN, A. (2009): "Hipócrates rechazando los regalos de Artajerjes". Neuroeje, 22, 1: 19. [Disponible en: http://www.binasss.sa.cr/revistas/neuroeje/v22n1/art5.pdf; consultado el 2 de julio de 2011].

13 comentarios:

  1. Querido amigo Francisco: como siempre tocando lo profundo y bello relacionado con nuestra profesion.
    La verdad es que resulta dificil saber las razones por las que nego su asistencia, tal vez por la forma mercantilista o "futbolistica· de ser contratado,. pero resulta dificil aceptar que fuera por ser ·enemigos· puesto que choca con su propio juramento etico.

    A este respecto estan las palabras de nuestro comun admirado maestro Gregorio Marañon:

    "Este hombre recto, pacifista que prefiere morir por la paz a conquistar la paz con la guerra, es casi siempre un medico.

    .. El medico, en la guerra, es el único que no quiere matar, el único para quien no existe el enemigo, porque no hay enemigo capaz de esconderse dentro de un hermano" G Marañon

    Lo cierto es que no existen fronteras para el medico: su pasaporte es universal, carece de caducidad y tiene una sola nacionalidad: la Humanidad. *JfJB.

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  2. Como siempre, una acertada reflexión sobre un tema de interés. Este blog aporta en cada ocasión asuntos candentes. Pienso que es el dilema de lo humano y de la humanidad: primero está la curación, después las reglas y vicisitudes del conflicto.
    Enhorabuena siempre por la calidad del blog y saludos muy cordiales.

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  3. Creo que es difícil, o incluso improcedente, juzgar la actitud de Hipócrates, teniéndolo por referente médico y ético. Aunque como habrás podido comprobar, querido Francisco, hoy no tengo mi día; me pierdo en tus blogs y arrastro en mis comentarios párrafos que no me pertenecen. En fin, que sus razones tendría el sabio griego para obrar como lo hizo.
    Hipocráticos saludos.

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  4. Partiendo de la base que la historia hay que verla con los ojos de la época y no con las actuales, creo que Hipócrates hizo bien no ayudando al enemigo que aniquilaba a su pueblo...cualquier armas es buena para ganar una guerra...

    Un saludo.

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  5. Dicen que en la guerra todo vale y no hace falta estudiar Historia para comprobarlo; basta con ver las noticias cada día. En los conflictos las personas se transforman, todo se relativiza y, con frecuencia, se pierden los referentes éticos...y el juicio también.
    Da mucho que pensar el tema, querido Francisco.

    Besos.

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  6. Muy interesante la entrada. Es imposible saber los motivos que llevaron a Hipócrates a rechazar la ayuda requerida por los persas. Pero Hipócrates era hombre y no es extraño en nuestra condición humana saltarnos nuestras propias normas morales

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  7. Amigo Juan:
    Disculpa la tardanza en responder. Estos últimos días, por diversos motivos, no he podido detenerme como quisiera en el blog. Pero, como los refranes no suelen equivocarse, soy de los que creen que "nunca es tarde si la dicha es buena", y ha sido una dicha recibir este comentario tuyo.
    Realmente, la pregunta que planteo no tiene solución, dado que ni siquiera es un dato histórico. Nunca sabremos cómo habría actuado el "Padre de la Medicina" ante una situación como esa. El profesor Reverte nos ofrece una posible justificación, en la última cita, aduciendo a la previsión de que la epidemia afectara a Atenas, donde Hipócrates habría de atender a su pueblo...
    Pero, esta entrada, ya merece haberse publicado, simplemente, por las valiosas palabras de don Gregorio Marañón que nos ofreces. Muchísimas gracias.
    Un afectuoso abrazo.

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  8. Y, "como siempre", querido José Julio, soy yo quien debe agradecer tanto la amabilidad de tus palabras como tu continua presencia aquí, que engrandece este blog.
    No podremos resolver la pregunta desde el punta de vista histórico porque, posiblemente, el hecho que representa el cuadro ni siquiera se produjo. Pero no está mal para reflexionar, desde el punto de vista ético, hoy más necesario que nunca en la medicina. Al fin y al cabo, entre las principales aportaciones de Hipócrates a la profesión -que fueron muchas- la Ética es una de las fundamentales.
    Una vez más, con mi agradecimiento, recibe el más cordial saludo.

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  9. Efectivamente, amigo José Manuel, no podemos juzgar a Hipócrates por los hechos narrados, y menos formando parte de su leyenda más que de su poco conocida historia. En todo caso, como señala Carolus, habría que "verla con los ojos de la época y no con los actuales..."
    Lo cierto es que, como apostillas tú, Hipócrates es el primer referente ético de nuestra profesión.
    Abrazos hipocráticos.

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  10. Completamente de acuerdo contigo, admirado Carolus, en que debemos contemplar la historia con los ojos de sus protagonistas. Cada época tiene su mentalidad. Creo que ese es el error que cometen muchos...
    Sin embargo, qué hermosas las palabras de don Gregorio Marañón que nos ha mostrado Juan F. Jiménez...
    Muy agradecido por tu valioso comentario, recibe con mi gratitud un cordial saludo.

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  11. ¡Qué gran verdad has dicho, amiga Lola! ¿Cómo explicar, no ya lo ocurrido hace veinticinco siglos, o cinco, sino lo que pasó hace tres días, en nuestro propio país, en las guerras mundiales; o ayer mismo -como quien dice- en la antigua Yugoslavia? Pero quiero pensar, a pesar de todo, que siempre habrá hombres buenos...
    Gracias, Lola.
    Un beso.

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  12. ¡Ahí está el secreto, amigo anónimo: somos humanos!
    Muchas gracias, y un cordial saludo.

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  13. Tengo entendido que el documento roto a los pies de Hipócrates es justamente el juramento hipocrático, y que la pintura exalta el nacionalismo. Como médica de nuestros días no estoy de acuerdo pero......... hay de todo (siempre hubo de todo)

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