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14 de septiembre de 2012

La mano de Goltzius


Hendrick Goltzius (1558-1617). "Mano derecha del autor" (1588)
Dibujo a pluma y tinta marrón. 23 x 32,2 cm.
Teylers Museum. Haarlem

Cuando era niño, Hendrick Goltz (luego latinizaría su apellido como Goltzius) sufrió una grave quemadura en su mano derecha que le causó secuelas permanentes. La mano quedó deforme e incapacitada para realizar sus funciones con normalidad. Sin embargo, a pesar de su minusvalía Goltzius llegaría a ser uno de los grabadores y pintores más importantes de su época.

Según su amigo, el pintor, historiador del arte y poeta, Karel van Mander (1548-1606), Goltzius dibujaba y pintaba con la mano izquierda; pero grababa con la derecha, y había aprendido a sujetar el buril con más firmeza que otros, desarrollando la musculatura de todo el miembro superior derecho.

Goltzius nunca dejó de prestar una atención especial a su mano lesionada, y la representó en numerosas ocasiones, como en los cuatro estudios que podemos ver a continuación:


Hendrick Goltzius (1558-1617). "Cuatro estudios de su mano derecha" (c.1588/1589)
Städelsches Kuntsinstitut. Frankfurt

Pero, ciertamente, sus limitaciones orgánicas y funcionales no impidieron que, por la belleza y perfección de sus obras, se convirtiera en uno de los más renombrados grabadores y pintores del norte de Europa, entre finales del siglo XVI y principios del XVII. Su habilidad para el dibujo queda patente en este autorretrato realizado cuando contaba treinta y cinco o treinta y seis años de edad.


Hendrick Goltzius (1558-1617). Autorretrato (1593/94)
Dibujo coloreado con carboncillo, tizas y acuarelas
Albertina. Viena

*La primera versión de esta entrada se publicó en Medicina, Historia y Arte el 20 de agosto de 2012.

14 comentarios:

  1. Amigo, Francisco. Gran post. Hay tanta la belleza, que sólo me salen estas palabras: el dibujo se transforma en trazo sabio. Dirigido por un duende, que inventa prístinas imágenes con soltura y delicadeza. El manierismo muta en poesía. Es la mano de un Dios de la Acrópolis. Gracias, Francisco. Un abrazo

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    1. "A veces sobran las palabras...", decía en el comentario (y ofrecimiento) que acabo de dejar en "El Inquietante Bypass", amigo mío. Pero nunca están de más cuando traen tanta amabilidad y afecto.
      Muchísimas gracias y un fuerte abrazo.

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  2. Sobrecogedor documento, Dr. Doña. Y tantas veces soslayamos en nuestra frivolidad a los clásicos...

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    1. Sobrecogedor pero estimulante a la vez, Dr. Cruzado. Goltzius me hace creer en la enorme capacidad del ser humano para superar las dificultades.
      Muchísimas gracias por tan apreciado comentario, amigo mío.
      ¡Un fuerte abrazo!

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  3. He llegado a su blog, por un amigo,

    Tras leer su última publicación, he decidido quedarme. Máxime cuando es un estudiosos de discapacidades.

    No conocía a Hendrick Goltzius. Pero, me ha entusiasmado su artículo, demuestra que fue –además de un genio- un hombre tenaz que luchó toda su vida por superar su invalidez. Saludos,

    Ann@

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    1. ¡Bienvenida Ann@!
      El tema de la discapacidad me interesa, y me he ocupado de él en algunas ocasiones, aquí y en otro de mis blogs: "Tiempo para la memoria".
      Muchas gracias por su comentario y por su apreciada presencia junto a nosotros. Y dele las gracias también, por favor, a ese amigo que le habló bien de este blog.
      ¡Un cordial saludo!

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  4. Por la movilidad que se deduce de sus representaciones de la mano lesionada parece que no estamos ante ningún manco. Quizás parte de sus dedos se movieran normalmente, siendo la piel y algunos tendones los que sufrirían la quemadura, ¿no, doctor?
    Saludos

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    1. Por lo que he podido saber, Carmen, las secuelas de la quemadura afectaron a la morfología y la funcionalidad de la mano derecha de Goltzius. Esto le impediría, necesariamente, la realización de los movimientos para los que la mano está "diseñada". Goltzius, nacido en una familia de artistas, se hizo grabador. Para grabar, aprendió a sujetar con fuerza las herramientas con su mano derecha desarrollando la musculatura del antebrazo; pero aprendió también (no era zurdo) a dibujar y pintar con la mano izquierda.
      ¡Un abrazo!

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  5. Aparte del indiscutible genio de Goltzius, al que no conocía, quiero destacar el espíritu de superación de hombres disminuidos, pero invencibles. Renoir sufrió de una inmisericorde artritis durante casi treinta años, que no logró doblegar su voluntad de pintar, aun siendo dificilísimo para él sujetar los pinceles.
    Suelo, amigo mío, seguir las actualizaciones en mi lista de blogs, donde tengo el otro suyo de "tiempo para la memoria", que actualiza menos, escapándoseme las de éste, tan interesante también. Incluyo como favorito éste también.
    Un abrazo.

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    1. Ante todo, mi querido dlt, perdón por la tardanza en responder. Como ve, ni éste ni los otros blogs los he actualizado últimamente con la frecuencia que me gustaría. He tenido que anteponer la obligación a la devoción. Pero siempre es un placer entrar y encontrar comentarios como el suyo.
      Me parece muy interesante y oportuna la referencia al gran Renoir, a quien debo dedicarle una entrada en cuanto pueda. Otro buen ejemplo de superació personal y pasión por el arte.
      Agradezco muchísimo el detalle que menciona sobre incluir este blog en su lista (nada más que por eso, me propongo añadir pronto nuevas entradas).
      Muchísimas gracias, por todo, y un afectuoso abrazo.

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  6. Me gusta aprender cosas nuevas leyéndote, Paco.

    A veces el talento consigue trapasar las fronteras del propio cuerpo con su fuerza imparable...

    Un beso artístico ( o dos).

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    1. Para mí es una satisfacción inmensa, querida Kayla, saber que estás aquí. Y agradezco de corazón lo que me dices... Yo que soy devoto admirador de tu inteligencia y sensibilidad me siento profundamente halagado por tus palabras, y encantado por ese beso artístico que me envías, o mejor dos.
      Muchas gracias, amiga mía.

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  7. Todo depiende de la voluntad.

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    1. Muy cierto turbeng, quizás no haya nada más poderoso que la voluntad... Muchísimas gracias por su comentario, mis recuerdos para don Gerardo de Suecia, y un afectuoso abrazo.

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