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28 de noviembre de 2010

Un niño enfermo en el templo de Esculapio, según un cuadro de J. W. Waterhouse (1877)

John William Waterhouse (1849-1917)
"A Sick Child brought into the Temple of Aesculapius" (1877)
Óleo sobre lienzo, 208 x 170 cm.

(Pulsar sobre la imagen para verla ampliada)
John William Waterhouse fue un pintor británico nacido en Roma, el 6 de abril de 1849, y fallecido en Londres, el 10 de febrero de 1917. Sus comienzos artísticos, a los que pertenece el cuadro que encabeza esta entrada, estuvieron influidos por el neoclacisismo victoriano. Luego fue prerrafelista, más tarde estuvo influido por el planairismo de los impresionistas franceses; y, "...si al principio de su carrera se dedicó a temas de la antigüedad clásica, más adelante abordó los literarios, siempre con un estilo suave y misterioso, imbuido de romanticismo, que permiten encuadrarlo dentro del simbolismo." (Wikipedia).

En su cuadro, Waterhouse nos muestra lo que podría ser el momento inicial del tratamiento en un templo de Esculapio, el dios romano de la medicina, al que los griegos habían conocido como Asclepio, y a cualquiera de sus muchos templos (dicen que más de trescientos) diseminados por los territorios de Grecia, primero, y Roma después, los griegos llamaban "asclepeion" o "asclepion". La madre, con el niño enfermo, presenta sus sencillas ofrendas (frutas y verduras, principalmente, que se muestran en una cesta, a la derecha de la imagen), puede que algo de vino en el ánfora que está a sus pies, y se queman sustancias aromáticas (quizás incienso), en presencia de los asclepíades, los médicos-sacerdotes que atendían el templo, de sus ayudantes y otras personas (posiblemente algún familiar) ante la estatua del dios.

El culto a Asclepio se remonta hasta el siglo VI a.C., antes de que Alcmeón de Crotona, Hipócrates de Cos y sus seguidores iniciaran nuestra medicina actual, científica y técnica. Y no desparecería, sino que seguiría conviviendo con ella durante la dominación romana, hasta que el cristianismo se impuso sobre las divinidades paganas. Según una de las versiones más extendidas de la mitología griega, Asclepio era hijo de Apolo, uno de los dioses olímpicos más importante y polifacético, que -entre otras cosas- también era dios de la medicina, y de la mortal Coronis. Pero, mientras estaba embarazada, Coronis tuvo amores con un joven de su vecindad y Apolo -advertido por un cuervo- celoso y expeditivo, puso fin a la vida de la amante infiel con un certero flechazo, le practicó una cesárea póstuma, y entregó al niño al centauro Quirón, maestro de un buen número de célebres personajes de la mitología helénica, para que lo formase como médico.

Estatua de Asclepio, encontrada en el Asclepion de Epidauro
Museo Arqueológico Nacional de Atenas


Al dios de la medicina se le representa habitualmente como un hombre maduro, barbado, de larga cabellera, gesto amable y mirada serena, que lleva en una de sus manos un bastón (en la fotografía de arriba no se ve, por el deterioro de esta estatua, encontrada en Epidauro; pero sí en otras imágenes) sobre el que se enrosca una serpiente. Bastón y serpiente constituyen el símbolo de la medicina. El templo más importante del dios de la medicina fue el Asclepion de Epidauro, construído en torno al año 375 a.C.; pero también fueron famosos los de Corinto, Cos, Pérgamo, Atenas y la misma Roma. Se dice que Hipócrates inició su formación y ejerció como asclepíade en Cos, y Galeno llevó a cabo su labor -durante algún tiempo- en el de Pérgamo, su ciudad natal. En España existió un templo-santuario de Asclepio en Ampurias. En el asclepion tenían lugar ceremonias de distinto tipo, propias de la medicina mágico-religiosa que allí se practicaba. Se realizaban sacrificios, normalmente de aves, y se donaban ofrendas en forma de frutas, dulces y otros comestibles. Se elevaban plegarias a los dioses. Había sitio para los baños rituales. En ocasiones, podía emplearse la música y la danza, con efectos terapéuticos... Siempre bajo la presencia omnipresente de las serpientes sagradas. Aunque, todo ello no es óbice para que se practicaran también algunos tratamientos quirúrgicos, como ha quedado suficientemente demostrado, sobre todo, mediante el instrumental y los exvotos hallados en los trabajos arqueológicos. Sin embargo, la práctica esencial en los asclepiones era la "incubación" o sueño en el templo. Los pacientes eran inducidos al sueño (de forma natural o utilizando sustancias hipnóticas) y mientras dormían en el "abaton" se les aparecía el dios que los curaba o indicaba el modo de hacerlo a los médicos-sacerdotes que interpretaban los sueños. Pero, dejemos que sea el Profesor Laín Entralgo, maestro insigne de la Historia de la Medicina Española y gran conocedor de la Historia de la Medicina de la Grecia Clásica, quien nos lo explique:


"Desde antes del siglo V a.C. hasta el hundimiento del mundo antiguo -Asclepio fue, no lo olvidemos, la divinidad pagana más resistente al triunfo del cristianismo-, los templos consagrados a ese dios, y muy especialmente el de Epidauro, fueron el marco de la práctica más famosa y popular de la medicina mágico-religiosa helénica y romana: la incubatio. Los enfermos dormían juntos en el interior del templo, y durante el sueño se aparecía Asclepio a cada uno de ellos para curarle, bien tocando su persona, bien, como con frecuencia ocurrirá en épocas más tardías, prescribiéndole algún remedio. Una escena burlesca del Pluto II de Aristófanes es nuestra más detallada fuente acerca de las curas en los templos de Asclepio o asklipieia. Que la experiencia clínica a que dio lugar la incubatio tuviera alguna relación con el desarrollo de las escuelas técnicas de la medicina griega, parece cosa harto dudosa. Es segura, en cambio, la cristianización del sueño en el templo durante los primeros siglos de la medicina bizantina."(1)


NOTAS
(1) LAÍN ENTRALGO, P. (1990): Historia de la Medicina. Barcelona, Salvat: 52.


Dejo para el final un par de vídeos. El primero con imágenes de Asclepio y la música de Bach.


Y, el segundo, con más datos para las "biografías" de Apolo y Asclepio (en inglés):


13 comentarios:

  1. Tengo bastante reciente este tema, ya que investigué sobre él, quizás demasiado por puro interés propio, para el trabajo sobre la Enigmateca de su blog Vesalius.

    Asclepio era un gran médico, en parte inculcado por Quirón, pero sobrepasó sus conocimientos y fue más allá, de ahí que lo consideraran el Dios de la Medicina. Creo que ese valor es básico para los futuros médicos. El sentimiento de superación y de no conformarse con lo que a uno le enseñan en la Facultad, renovarse y avanzar...

    Sobre la obra de John William Waterhouse... La luz y las figuras tan suaves me maravillan, es todo tan renacentista... Mi obra preferida de este pintor inglés es "Eco y Narciso".

    Viví en Figueras durante dos años y eso me permitió visitar muchísimos paisajes preciosos. Desde mi ventana se veían los Pirineos y una de mis playas preferidas era precisamente la de Ampuries, en la que por cierto me picó una medusa gigante que me dejó una marca en el muslo durante un año. Pero eso no importa. Visité muchas veces el Templo de Asclepio y paseé frecuentemente por el sendero cercano al mismo. Era un lugar mágico.

    El año pasado volví después de casi diez años en un viaje fugaz por aquella zona con motivo del concierto de Coldplay en Barcelona. Fue muy emotivo volver a estar allí y tengo que decir que merece la pena en todos los sentidos.

    Me ha gustado mucho. Un abrazo.

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  2. Sabía que conocías el tema porque leí tus respuestas, y me di cuenta de que habías ido más allá... Te felicito. Me ha interesado mucho la idea de superación que expones. Me ha asombrado tu conocimiento del arte, porque no es frecuente -estarás de acuerdo conmigo- que alguien de tu edad conozca a Waterhouse. Y me han encantado las experiencias personales que expones aquí. Yo estuve una vez en el templo de Asclepio, en Ampurias. Reconozco que también percibí algo mágico. Tenía 25 o 26 años, llevaba poco tiempo ejerciendo como médico, y pensé que era por la profesión. Verdaderamente, es un hermoso lugar.
    Gracias, Irene, por expresar en este blog tus pensamientos y sentimientos. Un abrazo y ¡feliz semana!

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  3. Hermosa imagen. espléndido post.
    Un abrazo!

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  4. Gracias J. Me alegra que te haya gustado. Waterhouse es un pintor que me encanta; aunque éste es el único cuadro suyo que conozco relacionado con la medicina, y me apetecía traerlo aquí. Lo demás, forma parte de nuestra tradición, de nuestros orígenes profesionales, y también tenía ganas de recordarlo.
    Para ti, mi ánimo (que ya falta menos para el día "M"), y que te cunda mucho el esfuerzo.
    ¡Otro abrazo!

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  5. Muy interesante todo lo que cuentas. Poco a poco me vais introduciendo entre todos en la mitología. Y tu entrada, como siempre, muy bien confeccionada, enhorabuena.
    Waterhouse era un genio, pintaba de maravilla. A mi me gustan mucho sus cuadros prerrafaelistas. En general me encanta el prerrafaelismo, es realismo mágico.
    Por cierto, estupenda elección con la música que has incorporado a tu blog. Coincidimos con "la misión", escucharé la otra pues la peli la conozco pero no recuerdo la música.
    Un beso.

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  6. "Muito obrigado, Raquel." Espero que te haya gustado, también, la pintura de Waterhouse que representa una escena de los orígenes mitológicos de nuestra profesión.
    "Beijos!"

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  7. Suponía que te gustaría esta obra "mágica" de Waterhouse, Ana, y me alegro de así haya sido. Agradezco tus amables palabras sobre el texto. Y, respecto a la música, tomé el "link" de tu blog. Ha sido un gran descubrimiento, por el que también te estoy muy agradecido. Seguro que te gusta la música de "Gladiator"; pero la página, es para tener tiempo, y no parar de disfrutarla.
    Gracias, una vez más, y muchos besos.

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  8. Siempre mi agradecido saludo, amigo y Maestro, Dr. Doña. Conmovido quedo ante la sensibilidad y versación de la que hace Ud. derroche. Un gran abrazo.

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  9. Que belo post. Amei os vídeos! Esse quadro de Waterhouse é uma novidade pra mim, interessante ilustração do templo de Esculápio.
    Aproveito pra agradecer os presentes deixados por você no último comentário no meu blog. Perfeito o vídeo com a obra de Gian Bernini, a face de Santa Tereza foi esculpida de forma que parece surgir fortemente uma crise epiléptica. Também fiquei muito feliz com o conteúdo do blog norteamaricano citando a epilepsia de Doistoiévski, não sabia que seu filho, Aliocha, havia morrido pela doença. Tenho uma particular paixão pela obra do escritor russo, e meus dois posts preferidos de litetura no "A Arte da Medicina" são justamente a descrição de crises epilépticas em "O Idiota" e "Os Irmãos Karamazov". Muito obrigada pelo maravilhoso presente, pela atenção ao blog e pelos comentários sempre enriquecedores.
    Beijos

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  10. Me halaga usted, Dr. Cruzado. Pero, si alguien que no me conozca lee estos comentarios, quede avisado de que sus palabras son más una muestra de su amabilidad y cortesía que fruto de mis pocos méritos.
    Respecto al término "Maestro" (que uso de manera habitual, ciertamente, para referirme a quienes considero como tales, con respeto y admiración) déjeme contarle una historia. Aquí en mi pueblo, Jerez, los hay que entienden esa palabra tan hermosa como un insulto. La explicación -que, seguramente, muchos de ellos desconocen- es la siguiente. Jerez -aunque últimamente muy disminuida- ha sido un pueblo de gran tradición taurina. Aquí se instituyó, en su tiempo, la anual "Corrida Concurso de Ganaderías", a la que los ganaderos de reses bravas enviaban sus mejores ejemplares. Y sucedió que el astado que ganó la primera edición de dicho concurso tenía por nombre "Maestro". El animal, por su bravura y nobleza, fue indultado (como consta en un azulejo conmemorativo colocado en la Plaza de Toros). Bravo y noble, sí, pero toro al fin y al cabo, adornado con dos hermosos cuernos... Por lo cual, los "guasones" del lugar empezaron a llamar como el famoso animal a aquéllos de los que querían burlarse... Quede claro, mi estimado Lizardo, que para esto no soy nada jerezano. Si rechazo el término, es por inmerecido en cuanto a mis méritos se refiere; sin que la "acepción local" me preocupe lo más mínimo, por la confianza plena que tengo en la única persona que podría "adornarme" al modo taurino.
    Un cordial y agradecido abrazo.

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  11. "Muito obrigado, Renata!" Es una gran satisfacción para mí que hayas conocido el precioso cuadro de J. W. Waterhouse que encabeza la entrada a través de este blog. Y me alegra saber, también, que te han gustado los enlaces que te envié. Es lo mínimo que podía hacer por alguien que me hace disfrutar tanto con "A Arte da Medicina".
    "Beijos".

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  12. Francisco; en primer lugar, siento haber tardado tanto en dejarte mi comentario; me gusta disfrutar de la lectura y prestar la debida atención a tan interesantes lecciones (y lo digo sin ironía ninguna, que yo , además de a charlar contigo, vengo a aprender). He de decirte que me ha parecido preciosa la entrada en su conjunto y ¡qué bien elegidos los vídeos!; ya sabes que me fascina y me enamora todo lo que venga del mundo antiguo y en lo que a la historia de la medicina se refiere soy una completa ignorante. En fin, hace unos años le regalé a "mi futuro médico" una pequeña Historia de la medicina cuyo autor ni siquiera recuerdo; ahora mismo voy a buscarla y a echarle un vistazo, ¡me has abierto el apetito!
    Muchos besos desde los madriles.

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  13. ¡Huy, Lola! Tú te excusas por haber tardado en dejar el comentario, y yo, que quité la moderación de los mismos, dedicado a mil cosas, no me había dado cuenta, hasta ahora, de que estaba éste aquí, con lo que aprecio cada una de tus palabras... Perdona, por favor.

    Espero que "mi futuro colega" tenga a mano el libro que le regalaste. Existen varios manuales bastante buenos. Yo sigo, fundamentalmente, a don Pedro Laín Entralgo, que es el maestro de todos. Pero Granjel, López Piñero, Riera, Cid, Guerra (y algunos más, a los que pido excusas por no nombrar a todos) han publicado libros muy buenos. Como ves, prefiero a los españoles (para esto es casi lo único que soy "nacionalista"), pero no dejo de reconocer que, aunque sea extranjero, cualquier libro de Historia de la Medicina "me pirra". ¡Qué aproveche, amiga!
    Gracias, Lola. Y, aunque vuelva a decírtelo: ¡Feliz Navidad!

    P.D.: ¿Le queda mucho a tu "futuro médico" para enfrentarse al MIR?

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